Los cohetes espaciales son las maquinas más veloces inventadas por el hombre. Su funcionamiento no
es más que el aprovechamiento inteligente de la Tercera Ley de Newton, el
Principio de acción y reacción.
Una combustión química produce potentes gases, los cuales “tiran” con mucha fuerza el aire
hacia abajo. Como según el principio de acción y reacción, a toda fuerza le
corresponde otra de igual magnitud y dirección contraria, el aire impulsa al
cohete con la misma fuerza que los potente gases ejercen fuerza sobre el aire
de abajo.
Dado que la potencia con la se expulsa las gases en el
cohete es muy grande, la reacción es de la misma magnitud y es lo que permite
no solo levantar el cohete, sino alcanzar velocidades muy altas.
Los
satélites enviados al espacio, son de gran importancia por ejemplo: La
resonancia magnética, desarrollada por la NASA durante el programa Apolo, es la
técnica que hoy se utiliza en hospitales de todo el mundo para detectar los
tumores. Gracias a los satélites podemos detectar con antelación los huracanes,
prevenir a la población ante inundaciones, coordinar las actuaciones de
emergencia durante catástrofes, comprender el retroceso de la selva amazónica o
estudiar la desertificación y el cambio climático.
El
Sputnik 1 lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética fue el primer
satélite artificial de la historia.
En julio de 1969, el mundo
miró extasiado cómo dos hombres ponían por primera vez un pie en la Luna. La
humanidad comenzaba así a aventurarse fuera de nuestro planeta, abriendo la
posibilidad de viajar y explorar otros mundos que no fueran el nuestro. Pero, a medida que los astronautas
comenzaron a pasar más tiempo en el espacio, los problemas para la salud de
esta actividad se hicieron más evidentes. No hay duda de que la instancia
más peligrosa de cualquier viaje espacial es el despegue. Tratar de alcanzar la
velocidad necesaria para escapar de la gravedad de la Tierra es una empresa
peligrosa. Pero una vez en el espacio, los astronautas no están fuera de
peligro.
1- Trajes
protectores: Estamos hechos para vivir en la Tierra y no en las condiciones
extremas del espacio.
2-Vivir sin
gravedad: Nuestro cuerpo está adaptado para funcionar con la gravedad.
3-Radiación cósmica: Los rayos cósmicos son
partículas cargadas que viajan a gran velocidad de a través del espacio
interestelar.
Para
expresar la tercera ley de Newton realizaremos un experimento para explicar
como un cohete despega es decir se impulsa hacia arriba.
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